28 de septiembre de 2012

¿Qué hemos hecho con el marketing? / Capítulo V


by SantiPina


Después de compartir en Facebook el primer capítulo de Qué Hemos Hecho..., Alain llamó nuestra atención sobre una de las grandes majaderías de la historia moderna del marketing. Se trataría solo de una simpática anécdota, si no fuera porque es precisamente la base de algo mucho más importante: la industria moderna del marketing.

Las 4Ps del marketing mix.

Según esta teoría publicada por Philip Kotler en 1967, los cuatro ejes de actuación sobre los que debe trabajar el marketing son el Producto, el Precio, el Punto de venta y la Promoción, esta última en una traducción de promotion que va más allá de lo que conocemos aquí por "lleve tres y pague dos" y abarca todo lo que pueda promover las ventas a través de la comunicación, publicidad incluida.

Sobre esas cuatro palabras que empiezan por P luego se fueron considerando con mayor o menor éxito otras, a gusto de quien las iba necesitando con mayor o menor desesperación. Por supuesto la de Publicidad. Y por ejemplo, gente ocupada en las relaciones públicas (también en el sentido inglés de public relations, no en el latino de "qué tal lo estáis pasando"), reclamaron que su P dejara de estar apartada del marketing, un negocio mucho más multimillonario que el suyo. Por ejemplo, la gente que defiende la importancia del consumidor en todo el proceso insiste en incluir la P de people. Por ejemplo, los tipos que tratan con ellos prefieren añadir a los Proveedores y/o a los Partners. Y así con una buena parte del diccionario incluyendo la P de performance, que significa algo muy cool, imagino. Alain sostiene que todas ellas se podrían resumir en la P de Percepción, ya que la utilidad de todo lo que se haga en relación a cada letra depende en el fondo de lo que el consumidor o el comprador esté entendiendo y experimentando. Y tampoco le falta razón -además tendríamos solo una P de la que preocuparnos-. Pero el caso es que, sea lo que sea, tiene que ser algo que empiece por P.

- Veo, veo...

- Qué ves...

- Empieza por la letra P.

- ¡Marketing!

¿Qué grado de confianza tendría la arquitectura si la gente supiera que sus fundamentos son "cosas que empiecen por la letrita H"...?

Somos gente divertida. Somos irreverentes y un poco gamberros. Somos los chicos del marketing. Somos los Jim Carrey del mundo empresarial. Somos el chisposo Ford: "coches al gusto de cada cliente, siempre y cuando lo prefieran negro". ¡Ja! Somos el Jacques Séguéla del año 79: "no le digas a mamá que trabajo en publicidad, ella cree que soy pianista en un burdel". Caray, somos la monda...

La industria publicitaria española, que es solo una pequeña P de esta panda de bromistas, movió más de 12.000 millones de euros en 2011. No está mal, pero fueron   unos 850 millones menos que el año anterior y un 25% menos que apenas cuatro años atrás. Cientos de trabajadores fueron y siguen siendo despedidos, y decenas de empresas tuvieron que cerrar y siguen cerrando. Reírse está guay, pero a veces tienes que parar a coger aire.

Cierto que los datos de cualquier otro sector no son mucho mejores en medio de un escenario como el actual. Pero mientras nunca hemos oído que ampliar  la flota de coches o tener una oficina nueva y más grande pudiera ayudar a mejorar la situación o la supervivencia de ninguna empresa, sí hemos escuchado con profusión argumentos para mantener en tiempos de crisis la inversión en marketing. Sobre todo la inversión en comunicación de marketing.

¿Y cómo responde la realidad a esos argumentos? Pese a las campañas que clamaban por las ventajas de comprar productos de marca, de esos que se anuncian, las ventas de productos sin marca o "marcas blancas" se han comido ya un 41% del gran consumo nacional. Y siguen.

Y entonces ha aparecido una nueva P de proporciones gigantes: la P de ¿Por...qué?

Según el modelo de Kotler, la escasez de dinero en los bolsillos del consumidor ha provocado que la P de price tenga hoy un peso que antes no era tanto. Esto se ha sumado a la importancia que los departamentos  de marketing venían dando desde años atrás a la P de place, alimentando a unos grupos de distribución cada día más y más poderosos hasta convertirlos en la mano que mueve todos los hilos. Las otras pés se han ido al garete, digamos.

Seth Godin dice que el objetivo de la publicidad -a la que por otra parte los consumidores no hacen mucho caso- es ganar puntos en la negociación de las marcas con los centros comerciales. Esto es tremendo: las marcas no están haciendo anuncios para convencer a la gente de que compre, sino que "compran" campañas para merecer una mayor y mejor presencia en el lineal del súper. El público de las campañas sigue siendo aparentemente el mismo, pero en realidad es un público que importa tres pimientos.

En fin, si Kotler quería poner algo de ciencia en esto del marketing, ahí la tiene: Matemáticas. Y, tal vez a excepción del Punset, las matemáticas no son algo especialmente divertido para nadie. Aparte de no empezar por P, lo cual nos lleva a la lógica deducción de que el marketing, tal como lo conocíamos, ha muerto.

Y eso es lo que pasa por ser tan graciosos.

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